Justicia económica y derechos culturales

Mapeando la herencia africana: de la esclavitud a las estrategias culturales de resistencia

Las conmemoraciones por el Día de la Afrocolombianidad son una oportunidad para reconocer el aporte histórico y cultural de la población afrocolombiana  al proyecto de nación.  “Yo vengo de una raza que tiene / una historia pa´contá / que rompiendo sus cadenas / alcanzó la libertá”, advierte la poeta afrocolombiana Mary Grueso en las líneas intermedias de un poema colosal. En “Negra Soy”, la autora rechaza los eufemismos y pide que la llamen “negra” porque está orgullosa de sus ancestros africanos que “a sangre y fuego” abolieron el yugo esclavista “que por siglos nos aplastó”. En cada verso, la guapireña eleva su grito de resistencia antirracista para denunciar los oprobios que afectan desde hace siglos a una población afrocolombiana que aunque se liberó de la esclavitud hace más de 171 años, aún sigue siendo deshumanizada por un Estado que la invisibiliza y deslegitima su importancia en la construcción del proyecto de nación.  Navegar hacia los holocenos de la herencia africana en Colombia implica indagar más allá del 21 de mayo de 1951, fecha en la que el presidente José Hilario López  -acorralado por los movimientos afros y la lucha abolicionista-, puso fin a los más de cuatro siglos de la barbarie de la esclavitud en el país. Hasta ese entonces, por el puerto negrero de Cartagena habían pasado “legalmente” más de 270.000 personas africanas que fueron secuestradas, convertidas en cuerpos moneda y explotadas hasta la muerte en las metrópolis, los corredores auríferos del Pacífico y las grandes plantaciones que florecían a lo largo y ancho del continente.  Tras ser cazadas, cosificadas, envenenadas y calcificadas por los colonizadores, las personas esclavizados fueron despojadas de su nombre, lengua e identidades mandingo, yolofo, biafara, zape, brane angola, congo, monicongo, anzico, ewé-fon (guacamayos), fanti-ashanti, akán (minas) e ibo (carabalíes).  La historia de sus civilizaciones continentales que florecieron aisladas en la selva y a orillas de los grandes ríos (Senegal, Congo, Zambeze, Nilo y Níger), como los reinos de Axum, Ghana, Malí y Songay, o los imperios de Kanem – Bornu, Ruanda-Urundi y Congo Kivu fue borrada de sus cuerpos con “agua bendita”.  “La Iglesia intentaba imprimirles un alma,  “estirpar abominables males y creencias en el diablo”, mientras que por parte de los dueños intentaban asegurar la identificación de la propiedad, a través de la marca, ante las posibilidades de ‘extravío’ o fuga, para acudir a su recuperación”, explica el historiador Mario Romero en su estudio sobre la conformación de la familia afrocolombiana.  “La Iglesia intentaba imprimirles un alma,  “estirpar abominables males y creencias en el diablo”, mientras que por parte de los dueños intentaban asegurar la identificación de la propiedad, a través de la marca, ante las posibilidades de ‘extravío’ o fuga, para acudir a su recuperación” Para resistir durante siglos al terror de la mayor empresa de aculturación de la historia, la población afro, reducida a la extrema desnudez durante la esclavitud, construyó en América una célula cultural que nació del mestizaje de las tradiciones y saberes de los pueblos africanos, los pueblos indígenas y las dinámicas sociales impuestas por los colonizadores europeos.  En el abanico de estrategias de supervivencia cultural se destacan rituales y festividades ancladas a sus cosmogonías africanas, composiciones de literatura oral,  prácticas medicinales y curativas, y ritmos y danzas festivas (cumbia, mapalé, currulao) en las que los cuerpos “zapatean y coquetean” al son de tambores, gaitas, cununos y marimbas.  En este contexto, las conmemoraciones en el marco del mes de la Herencia Africana y el Día de la Afrocolombianidad representan una oportunidad para reconocer el aporte histórico y cultural de esta población al proyecto de nación. La fecha también se ha consolidado como una ocasión para promover debates y acciones estructurales que ayuden a combatir el racismo, la inequidad y otras problemáticas que laceran la cotidianidad de las personas afrocolombianas.  Negra Soy¿Por que me dicen morena?si moreno no es coloryo tengo una raza que es negra,y negra me hizo Dios. Y otros arreglan el cuentodiciéndome de colordizque pa` endulzarme la cosay que no me ofenda yo. Yo tengo una raza puray de ella orgullosa estoyde mis ancestros africanosy del sonar del tambó. Yo vengo de una raza que tieneuna historia pa´contáque rompiendo sus cadenasalcanzó la libertá. A sangre y fuego rompieron,las cadenas de opresióny ese yugo esclavistaque por siglos nos aplastó. La sangre en mi cuerpose empieza a desbocáse me sube a la cabezay comienzo a protestá yo soy negra como la noche,como el carbón mineral,como las entrañas de la tierray como el oscuro pedernal. Así que no disimulenllamándome de colordiciéndome morenaporque negra es que soy yo. (Mary Grueso Romero. Negra Soy. 2019: 20)

Amicus Curiae de Ilex Acción Jurídica, Race and Equality y CNOA en la Acción de tutela con expediente T-8018193

Amicus Curiae de Ilex Acción Jurídica, Race and Equality y CNOA en la Acción de tutela con expediente T-8018193 Compartir en facebook Compartir en twitter Compartir en linkedin Aliados: La COMADRE de AFRODES, Corporación Instituto Internacional de Raza, Igualdad y Derechos Humanos ( Raza e Igualdad), la Asociación de Economistas Negras “Mano Cambiada” Ilex pesentó intervención conjunta exponiendo sobre los impactos diferenciales de la penalización del aborto en las mujeres afrodescendientes, sin embargo, Ilex no participó directamente en el litigio. Documentos

Caso parteras

Caso parteras Compartir en facebook Compartir en twitter Compartir en linkedin Ilex presentó conjuntamente acción de tutela en apoyo a las organización directamente afectadas: La Asociación de Parteras Unidas del Pacifico –ASOPARUPA-, Asociación de la Red interétnica de Parteras y Parteros del Chocó – ASOREDIPARCHOCO. Litigio para la defensa de los derechos a la salud, trabajo, identidad etnica y cultural e igualdad y no discriminación de  las parteras de ASOPARUPA y ASOREDIPAR  del Pacífico colombiano, quienes en medio del Covid-19 se encontraron en estado de desprotección. Documentos

Intervención ciudadana de Ilex Acción Jurídica en la Demanda de inconstitucionalidad en contra del artículo 122 de la Ley 599 de 2000. Expediente D- 13956 con copia al proceso D0013856.

Intervención ciudadana de Ilex Acción Jurídica en la Demanda de inconstitucionalidad en contra del artículo 122 de la Ley 599 de 2000. Expediente D- 13956 con copia al proceso D0013856. Compartir en facebook Compartir en twitter Compartir en linkedin Aliados: La COMADRE de AFRODES, Corporacion Instituto Internacional de Raza, Igualdad y DerechosHumanos ( Raza e Igualdad), la Asociación deEconomistas Negras “Mano Cambiada” Litigio de acción de inconstitucionalidad frente al artículo 122 del código penal, que penaliza la interrupción voluntaria del embarazo, a través de un amicus. Se persigue la despenalización en defensa de los derechos de las personas gestantes, especialmente el derecho a la salud sexual y reproductiva, la libertad. Documentos

LOS RETOS DEL ESTADO Y LA SOCIEDAD COLOMBIANA EN MATERIA DE GARANTÍA DE DERECHOS HUMANOS DE LA POBLACIÓN AFRODESCENDIENTE

| Dic 10, 2021 | Las profundas desigualdades sociales y económicas que afectan a las personas afrodescendientes han limitado de manera histórica la garantía de derechos fundamentales de esta población, situación que se agravó con la pandemia covid-19. Según el análisis de pobreza hecho por la Cepal, utilizando datos estadísticos disponibles hasta 2018, el mayor porcentaje de este indicador para población afrodescendiente en la región es el de Colombia, donde el 40,8% de quienes pertenecen a  ella están en la escala de pobreza, lo que en muchas ocasiones les reduce las posibilidades de tener las necesidades básicas satisfechas, como la seguridad alimentaria, la movilidad, entre otros e impactando el acceso a derechos como el de la salud, la educación, el trabajo, vivienda digana,  la igualdad, los económicos y la no discriminación. Sumado a la pobreza monetaria, un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) titulado ‘La salud de la población afrodescendiente en América Latina’, señala que Colombia se destaca por la existencia de mayores desventajas para la población afrodescendiente en materia de salud, teniendo menores probabilidades de acceder a la atención médica en comparación con la población no afrodescendiente. Tal y como lo expuso Ilex Acción jurídica, la pandemia por el covid-19 no tiene un impacto homogéneo. De acuerdo a la  investigación adelantada por los  profesores Carlos Viáfara y  Oscar Jehiny Larrahondo Ramos y al documento ‘Análisis de dos pandemias: racismo y crisis de salud pública’, de esta organización, al ser la tasa de letalidad del virus un 25% mayor en la población afrocolombiana, puede, por ejemplo, tener repercusiones en las condiciones de pobreza, debido a la pérdida de ingresos por hogares. Es así como para responder a la heterogeneidad de los factores que han impactado a la población afrodescendiente, no sólo durante el covid-19,  sino históricamente, es necesario que los Estados realicen acciones enfocadas al restablecimiento de derechos como el acceso a la vivienda digna o la educación, debido a que es notable el regazo de la población afrocolombiana con relación a las condiciones educativas y de vida. De acuerdo al DANE (2020), mientras que las personas sin pertenencia étnica, en promedio, tienen 15 años de educación, la población afrocolombiana ha estudiado un año menos, y los niveles de alfabetismo tienen  una diferencia de 4 puntos frente a la población no afrodescendiente. Durante el  covid-19 incrementaron las tasas de deserción escolar, lo cual tiene efectos en los niveles de pobreza, movilidad negativa y bajos salarios, según la misma entidad. Pero no podemos hablar del derecho a la educación sin hablar de la conexión y del uso del internet, considerado como una limitante para la población afrocolombiana durante la pandemia, debido a que este se convirtió en la manera más práctica de acceder a la educación durante las cuarentenas generadas a partir del covid-19.  Según el DANE, los municipios con mayor población afrocolombiana tienen, en promedio, una menor tasa de cobertura de este servicio y una diferencia significativa de 5.22 puntos menos respecto al resto del país. En lo que corresponde a vivienda digna, de acuerdo al DANE (2018)*, el 11.4% de la población afrocolombiana residía en condiciones inapropiadas, versus el 7.9% de población no étnica, lo cual va ligado a el acceso a servicios públicos, donde esta población tiene mayores brechas. En el año 2018, el 33.6% de las personas afrocolombianas no tenían acceso a condiciones vitales y sanitarias mínimas. De la mano con lo anterior, uno de los mayores retos que enfrenta el Estado colombiano, además de los ya mencionados, es la necesidad de proteger el derecho a defender derechos. En ese sentido, la Corte Interamericana determinó que: “(…) las defensoras y los defensores de derechos humanos contribuyen de manera esencial a la observancia de los derechos humanos, pues actúan como garantes contra la impunidad. De esta manera se complementa el rol, no tan solo de los Estados, sino del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en su conjunto”[1]. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo ha registrado 130 asesinatos de líderes sociales entre enero y noviembre de 2021[2]; y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), ha informado que desde enero a lo que va del mes de diciembre del 2021 la cifra de líderes y lideresas asesinadas es de 162 personas, siento el caso más reciente el de Cristina Cantillo, lideresa, mujer trans, afrodescendiente de Santa Marta, quien desempeñaba labores de defensa a los derechos de las personas LGBTI[3]. A continuación recordamos algunas de las recomendaciones que hizo Ilex en materia de derechos humanos ante la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Organización de las Naciones Unidas (ONU): Advierta la importancia del cumplimiento de las normas internacionales sobre el racismo y la protección de los derechos humanos de la población afrodescendiente. Reiteramos la necesidad de ratificar la Convención Interamericana contra el Racismo, Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia y resaltamos las declaraciones de la Vicepresidencia Martha Lucía Ramírez, emitidas el día 09 de diciembre de 2021 en el marco del debate de control político al que fue citada por la Comisión afro del congreso, en orden de comprometerse con la ratificación la convención, después de aproximadamente 7 años de su firma. En este punto, reafirmamos que no basta solo con la expedición de normas y ratificación de tratados, sino que es urgente también una adecuada implementación de los mismos. Recalque la necesidad de obtener, recolectar y analizar datos estadísticos a través de la obligación de recoger la variable étnico racial en los registros oficiales, sobre todo al momento de la recepción de denuncias en los casos de abuso policial y en escenarios que permitan reconocer la situación socioeconómica de la población afrodescendiente. Esto es fundamental para poder visibilizar las problemáticas y las acciones concretas necesarias para eliminar prácticas que atentan contra los derechos humanos. Tome precauciones y llame la atención de los Estados, Colombia específicamente, por los altos niveles de impunidad, frente a casos de violencia policial racista que no son investigados, por el contrario, …

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